“Consagro este templo que has construido, para que en él resida mi Nombre por siempre; siempre estarán en él mi corazón y mis ojos”. 1RE 9,3
“El templo de Dios es santo y ese templo sois vosotros”. 1Cor 3,17
En nuestro tiempo la fiesta litúrgica de la DEDICACIÓN DE UNA IGLESIA parece que es poco conocida por los fieles, y por poco conocida no apreciada. Sin embargo tiene un gran significado para cada uno de los que pertenecemos a la Iglesia de la cual el edificio material es símbolo. Somos las “piedras vivas” del edificio espiritual, que es la Iglesia. Somos edificio de Dios, templo de Dios, cuyo cimiento es Jesucristo. La iglesia, el templo material, ha sido siempre el símbolo de la Iglesia espiritual . Está destinado exclusivamente a reunir al Pueblo de Dios y celebrar los misterios de la fe.
En los primeros tiempos, sobre todo a partir del s. IV cuando llegó la libertad para la Iglesia, los cristianos edificaron templos y los consagraron con gran solemnidad. LA CONSAGRACIÓN O DEDICACIÓN de una iglesia era considerada como una de las más grandes fiestas y de gran arraigo popular. Dice Eusebio de Cesarea “la misma fuerza del Espíritu Santo llenaba todos los corazones e inteligencias de santo entusiasmo, alegría y acción de gracias”. Después de la Dedicación del templo del templo y de su altar, que representa a Cristo, los fieles los veneraban, besaban el altar y le atribuían un fuerte poder intercesor.
No solamente era celebrado con solemnidad el día de la Dedicación sino el ANIVERSARIO de la misma. En la Iglesia universal cada año se celebra el aniversario de la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán, cabeza y madre de todas las Iglesias por ser la catedral del Papa, fue dedicada en el S IV. En cada Diócesis se celebra el aniversario de la Dedicación de la iglesia Catedral.
Para esta comunidad del Monasterio de la Asunción de Monjas Benedictinas, fue muy importante la Dedicación de nuestra iglesia, el 28 de mayo de 1990, y celebramos cada año la Fiesta del aniversario con inmenso gozo y reviviendo el mismo día de la Dedicación con sus RITOS TAN LLENOS DE SIGNIFICADO:
-La UNCIÓN de la mesa del altar con el santo crisma del mismo modo que somos ungidos los cristianos en el Bautismo
-y también de las cruces colocadas en los muros significando que la iglesia está dedicada toda entera al culto cristiano.
-el INCIENSO que se quema sobre el altar, que expresa las oraciones de los fieles que son el templo vivo
-y la INCENSACIÓN DE LAS CRUCES Y NAVE DE LA IGLESIA.
-Como final, la FESTIVA ILUMINACIÓN de toda la iglesia indicando que brilla en ella la luz de Cristo.
Y como coincidió en tiempo pascual brillaba con esplendor el Cirio Pascual y sonaba con más fuerza el ALELUYA. Y que en todo sea Dios glorificado, como desea San Benito.
Para terminar, una frase del Papa Francisco:
“Cristo es el Templo viviente del Padre, y Cristo mismo edifica su “hogar espiritual”, la Iglesia no hecha de piedras materiales, sino de “piedras vivas” que somos nosotros” (Homilía en Santa Marta, Vaticano, 26 de junio 2013).