En la fiesta de la Visitación de María a su prima Isabel, el día 31 de mayo, la comunidad celebró el Aniversario de la Bendición Abacial de Madre Alejandra con el canto litúrgico a María llamado A K A T H I S T O S.
A K A T H I S T O S, es el nombre de un gran Himno Litúrgico de la antigua Iglesia de Grecia. Es el más célebre himno a la Madre de Dios, de todos los tiempos. Lleva un nombre singular ya que es una rúbrica litúrgica, transformada en nombre propio. En Griego, A- K A T H I S T O S, no-sentado, es decir “de pie”. Se canta y se escucha “de pie”, como el Evangelio, en señal de atenta reverencia. Con este nombre –que sustituyó al título original-, la Iglesia de Oriente unida a la de Occidente, hace suyo este himno como expresión de su doctrina y piedad hacia la Madre de Dios.
AUTOR
La tradición manuscrita transmite casi siempre que es anónimo. Su autor fue un gran poeta, teólogo contemplativo, que supo traducir en síntesis orante lo que la fe profesa, tan humilde que desapareció su nombre, así el Himno es de todos porque es de la Iglesia.
La fecha de composición oscila entre la segunda mitad del siglo V y los primeros años del siglo VI. Es anterior a la Institución de la fiesta de la Anunciación (535) y posterior al Concilio de Calcedonia (451).
IMPORTANCIA
El A K A T H I S T O S, lleva 15 siglos viviendo en el corazón de generaciones que se alimentan y expresan su devoción a la Virgen.
La ciudad de Constantinopla, consagrada a María, cuando se veía asediada, recurría a su protección y habiendo experimentado su poder le daba gracias con vigilias y cánticos en su honor.
“Este himno fue llamado A K A T H I S T O S ya que todo el pueblo estuvo la noche entera cantando de pie este himno a la Madre de Dios» (Sinaxario).
Como recuerdo de estas liberaciones de Constantinopla que todos atribuían a la Virgen, queda este PROEMIO, posiblemente del siglo VIII, que sirve de introducción al A K A T H I S T O S:
¡A la invicta estratega el himno de victoria!
Liberada de cruel desventura este canto de gracias
a ti te dedico, yo, tu ciudad, oh Madre de Dios,
Tú, que gozas de un poder invencible,
líbrame de toda clase de peligros, para qué te aclame
¡Ave, Virgen y Esposa!
Ha llegado hasta nosotros una notación musical de un códice del siglo XIII. Este himno se cantó siempre en la Liturgia Bizantina. Hoy tenemos varias melodías. También es importante la Iconografía, desde la Edad Media hasta hoy muchos Monasterios e Iglesias cubren paredes con las 24 estrofas, también se le encuentra bordado en vestiduras sacerdotales con el fin de introducir a los fieles en el misterio de Cristo que se celebra en el altar.
VALOR ECUMÉNICO
El A K A T H I S T O S tiene valor ecuménico ya que es común a los hermanos ortodoxos y a los católicos de rito bizantino, es un puente antiguo y solemne hacia la plena comunión de fe con las Iglesias de Oriente.
PRESENTACIÓN TEMÁTICA
La primera parte sigue y comenta los evangelios de la infancia, que desde el siglo V se celebran en el ciclo navideño (lex orandi).
La segunda parte desarrolla las verdades que son profesadas por la fe de la Iglesia (lex credendi). Es decir la vida virginal de María y la concepción virginal de Cristo.
El Himno canta a María en el proyecto salvífico de Dios como presencia frontal del misterio del Verbo encarnado y de la Iglesia, y se adentra en el misterio Trinitario fuente primera y término de la salvación humana, de cada uno de los hombres, llamados a convertirse en transparencia y en presencia divina, como lo fue y es María.
Es objeto de una celebración litúrgica propia, con el “Canon” de José el Himnógrafo (siglo IX), el quinto Sábado de Cuaresma, llamado Sábado del AKATHISTOS. Hasta hoy como Oficio Mariano se le practica en diversas formas en las distintas Iglesias de Rito Bizantino.
TRES PALABRAS CLAVE
La trama del Himno se mueve en torno a tres palabras:
– El saludo del Ángel: «Salve», que pone ritmo a todas las Estrofas
– y los dos Efimnios o versos conclusivos: “Salve, Virgen y Esposa” y “Aleluya”.
–SALVE o AVE: ALÉGRATE
El A K A T H I S T O S se abre cuando el más excelso de los ángeles baja del cielo para decir AVE a la Madre de Dios. Así toda la trama del Himno está envuelta en el GOZO del cielo que se abre para el mundo en María: el anuncio de que Dios se ha hecho hombre.
-¡AVE, VIRGEN Y ESPOSA!
María, tan íntimamente unida con el Padre que es llamada Esposa, vivo instrumento suyo que une en Cristo lo divino y lo humano. Posesión personal exclusiva del Padre, Hijo y Espíritu, pero Virgen de toda posesión o pertenencia humana.
-ALELUYA
Refiere la gloria solamente al Señor, de quien parte la iniciativa, brota la vida, comienza la historia, se derrama la gracia. Itinerario espiritual de cada ser humano e itinerario cósmico. María es ella misma su camino y su cántico.
Sobre esta urdimbre, que une al Hijo y a la Madre, a la causa principal divina y a la causa instrumental humana, en la realización de la única salvación, se desarrolla toda la Teología del Himno.
María, «escala celestial por donde bajó el Señor”
“puente que lleva a los hombres al cielo”.