ABRIMOS ESTE DÍA GRANDE, CONSAGRADO ENTERO A LA ALABANZA DE TU MÁS ALTA GLORIA:
La rosa blanca de tu Resurrección, el resplandor de tu Transfiguración. Siendo hijo de Dios y haciéndote hijo de María para salvarnos has amanecido Hoy, Sol de Justicia, para tomar en los brazos de tu Resurrección a tu Madre y llevarla al cielo: ¡De pie a tu derecha está la Reina!
Palabra eterna del Padre contigo, a tu luz aclamamos este gran Misterio: la Inmaculada y siempre virgen María, Madre de Dios, Asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial.

Dormición de María, su Pascua, signo y anticipo de nuestra Pascua: Hijos en el Hijo, llamados en la Resurrección en Cristo.

Tránsito glorioso, María, Icono de la Iglesia, Arca de la Alianza, morada de Dios, templo del Espíritu y Jerusalén Celestial. Mujer nueva, Esposa recibida por el Esposo en la gloria. Símbolo de la Iglesia gloriosa, de la humanidad nueva, de la nueva creación, esperanza de la pascua del universo, de los cielos nuevos y de la tierra nueva. Amén. Aleluya.