María tu eres mi madre

En este mes de María especial,

recordemos a la Virgen María con cariño 

LEYENDO LA PALABRA, haciendo obras buenas, orando más

 y

cada día sintiendo su protección

Más que pocas o muchas palabras me ayuda señalar en María por mi vida de monja benedictina, la expresión de su gesto: su rostro y sus manos, su actitud contemplativa y su servicio… la contemplación como servicio. María sale de prisa a la montaña a ver a su prima Isabel, su prontitud. María llega hasta el fin, su estar al pie de la Cruz. Madre nuestra. Madre de la Iglesia y de todos los vivientes.

Si, María es un gran modelo. Mi modelo. Figura, Arquetipo y Paradigma de Obediencia con su FIAT= Hágase, haced lo que EL os diga. Causa de la salvación propia y de la de todo el género humano (S. Ireneo). Admira el ver a la criatura interiormente unida al Creador, compenetrada con El, encinta, preñada de la VIDA. Fecunda desde el ASOMBRO ante su HIJO, ante su DIOS.

María es Espejo de fe, de Alabanza, es Magnificat, canto de la humanidad, que me alegra cada atardecer al cantarlo en las Vísperas. Lucero de la mañana, que me recuerda de antaño el madrugar al alba con los míos para el mes de María, el canto del “Ave tan pura como el sol. María, Madre mía yo te doy mi corazón”. Llevamos en el fondo la fe del pueblo chileno que confía en su madre, portadora de la LUZ del Señor. Anticipo del cielo. Causa de nuestra alegría y consuelo (LG), como se la nombró para la Fundación de nuestro Monasterio hace 40 años, al venir nuestras hermanas de Oviedo a traer la vida femenina benedictina a Chile en este Monasterio que lleva su nombre: “de la Asunción”. María, es un SI, siempre ha estado con nosotras.

María es imagen de nuestro futuro, cuando ya no habrá ni muerte, ni llanto, ni luto, ni dolor.

                                                                                             + M. Alejandra Izquierdo