El día 1 de Noviembre, Solemnidad de Todos los Santos, la comunidad se reunió en la Sala Capitular para dar comienzo al Rito de Iniciación al Noviciado de Soledad Centeno. En este rito, la postulante recibe el hábito de la vida monástica como signo de la VIDA NUEVA que inicia -siendo el velo blanco signo de castidad y obediencia- y se compromete a seguir la Regla de San Benito «confiando no en las propias fuerzas sino en la misericordia de Dios» (Ritual de Iniciación al Noviciado).

Antes de recibir el hábito monástico, la Madre Abadesa Alejandra Izquierdo le dirigió unas palabras que les compartimos a continuación:

Querida Soledad,

has elegido esta expresión: “Yo hago nuevas todas las cosas”, Ap 21,5, te atrae ese cielo nuevo y esa tierra nueva en que DIOS hace su morada con los hombres¡¡¡ Esa Jerusalén celestial en que está el Cordero sobre el monte.

Es precioso ver como el Señor te fue llevando en tu vida y atrayéndote hacia EL. Por cañadas oscuras, a través de todas las noches, de todos los vacíos, las impotencias, las pérdidas, pusiste, o quisiste fijar siempre la mirada en EL y vivir en su inmensa LUZ. Dejar pasar la LUZ, nos decía en la homilía hoy nuestro Obispo Vera. Eso es la santidad. Dejemos que pase la LUZ, procuremos, no salir nunca de su esplendor, el esplendor de la Verdad; dejándote atraer por la LUZ. Rezamos juntas en este momento, acompañándote en un paso importante que estás dando tan al interior de la Comunidad que te acoge. Das este paso, confiando, “no en tus propias fuerzas”, dijiste hace un momento, sabemos que lo hacemos así, no con nuestras propias fuerzas, sino confiadas en la MISERICORDIA de DIOS.

(…)Tomaste el vestido, ya vieron su significado en el noviciado con hna. Gracia, y agradecemos a la maestra de novicias su trabajo con las que están iniciándose.

Casiano lo explica así: “el hábito exterior es un símbolo de las disposiciones interiores… los hermanos son despojados de los propios vestidos y serán revestidos por las manos del Abad, con los vestidos propios del Monasterio para que de ese modo experimenten que no sólo están despojados de todos los bienes que antes poseían, sino que también han descendido al nivel de la pobreza y de la indigencia de Cristo, como un signo claro de su renuncia a la vida secular, a los bienes del mundo y también signo de su ingreso en el Divino Servicio”.

El cambio externo debe corresponder a su interior, al progreso espiritual, al inicio de una nueva vida de dependencia de Dios. Vestir el hábito propio del Monasterio hace alusión a “revestir las vestiduras blancas del bautismo”. No lo separamos de la Vida cristiana. No es casualidad que entraste en un 1º de noviembre y se te entrega el hábito en la misma fiesta, tan significativa para ti. En el adorno que pusieron frente a tu celda, figuran tantos santos amigos. Qué bueno es ser amigas de los santos, conocerlos, amarles, nos incentiva a seguir su EJEMPLO, y entre tus santos amigos tienes a tus seres más queridos, que han partido ya de este mundo. Y creo precioso hacer recuerdo de ellos, de Hernán y de los dos niños, del papá y de la mamá, a quienes el SEÑOR llamó en ese mismo programa de desprendimiento del que recién hablábamos. Esta mañana tomamos de lectura para después del Evangelio, este escrito que tanto te dice y que el SEÑOR se encargó de hacerte presente en ese misterio de la SANTISIMA TRINIDAD en que se expresa esa comunión continua e incesante entre el alma y su Dios. Se pronuncia esta misión que nos han recordado en estos días hablando de nuestra misión intercesora como de ángeles que presentan las intenciones de los hombres ante el Creador, el Salvador, y a la vez es presencia ante la SOLEDAD infinita e inabarcable. Lo expreso en palabras de este Acto de elevación a la Santísima Trinidad, orándolo contigo en este momento que tenemos hoy, para que lo guardes en el corazón y para que en tu ser, se realice “como una Encarnación del Verbo”. Es para alabar y dar gracias al Señor que nos mueve a sentir, y percibir la Vida que nos da su PALABRA sanadora que nos vitaliza, demos gracias por nuestra vocación, nuestra oración que pacifica el alma. Haz de ella tu cielo, tu morada y lugar de tu descanso… “OH VERBO ETERNO; fuego abrazador,.. PALABRA de mi DIOS, quiero pasar mi vida escuchándote, quiero volverme totalmente dócil, para aprenderlo todo de Ti”.

Elegiste confiar¡¡¡¡ confío y protégeme porque confío en Ti.

                                                                                                  + M. Alejandra

Para ver el texto completo:

Al finalizar, la nueva Novicia dijo unas palabras… les compartimos unos extractos:

Antes que nada quería agradecerle al Señor por este momento que estoy viviendo y agradecerles a todas Uds.

 “Quítate tu ropa de duelo y aflicción (…); vístete para siempre con el esplendor de la Gloria de Dios”. Baruc 5,1

El Señor quiso que hoy sea revestida por Él… con este hábito, en este Monasterio… Recibir este hábito significa mucho para mí, y me llena de asombro por el Señor, por lo que es capaz de hacer después de todo lo vivido…pero decía que significa mucho no sólo porque significa un mayor compromiso con Dios y con todas Uds., sino porque también conlleva mucho AMOR. Llevarlo es una elección de amor, no sólo amor por mi elección personal de Dios, por amor a Dios, sino sobre todo algo que por estos días el Señor me hizo pensar,  que este hábito en realidad significa mucho AMOR de parte de Dios, mucho amor de parte de Él para conmigo. Este hábito me recuerda todo el amor que Dios me tiene y toda la MISERICORDIA  que he recibido de Él, me ha regalado esta posibilidad de estar hoy frente uds, en este lugar… porque Él es amor y misericordia. Todo esto me hace sentir un deseo muy profundo de una renovación interior, de un deseo de felicidad, de un renacer interiormente, para poder testimoniar el amor que Dios nos tiene en medio de los sufrimientos…es mi manera de responder al Señor en medio de mi historia de vida, siendo consciente que Él es el único capaz de hacer nuevas TODAS las cosas, las cosas más terribles que nos puedan pasar…Él es el Señor de nuestra historia, el único capaz de renovarnos todos los días.

En el contexto del Evangelio de hoy, de todos los Santos, el Señor nos propone un “camino al Cielo”, un mapa, que tiene que ver con nuestra VOCACION, que es el camino de las Bienaventuranzas, hacia LA Bienaventuranza, que es el ENCUENTRO con Él, la VISIÓN DE ÉL. Y para ello Jesús nos habla de la PUREZA DEL CORAZÓN Y DE LA MISERICORDIA… atributos que lo definen a Él.

(…) La verdad es que el Señor en su gran Misericordia salvó mi vida una y otra vez y me fue llenando de amor y de su presencia. Dice el Papa Francisco que «Misericordia es la palabra que revela el misterio de la Sma Trinidad. Misericordia: es el acto supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro». Bueno, Él me encontró… Creo que es una gracia muy grande de Dios que Él me haya llamado a vivir para Él, (…) manifestándose en querer morar y habitar este corazón de una manera renovada, llenándolo de un amor más exclusivo.

(…) Mi deseo más profundo y se lo pido al Señor como gracia especial por este día, es llenarnos de Su Amor, para poder verlo hoy en los acontecimientos de nuestra vida, y “no anteponiendo nada a Cristo, nos lleve a todas juntas a la Vida Eterna” (RB 72).

H. Soledad